Hace mucho tiempo que no vuelvo a estas páginas, he estado mejor y he estado peor, no todo está solucionado pero un día en medio de un ataque de ansiedad porque no había conseguido que gente importante para mi me comprendiese y comprendiese lo mal que estaba se me acercó un ángel en la calle, me vio llorando e hiperventilando desde su balcón y bajó a hablar conmigo, ella no me conocía, ni yo a ella, ella no había tenido una vida fácil pero eso la hizo aprender a comprender el dolor de los demás, le dio la valentía para ayudar y por eso para mí es un ángel.
Ella me dijo que a veces simplemente hay que ir día a día y eso es lo que estoy haciendo y por ello estoy mejor a día de hoy, no es que haya solucionado todo, no es que haya reducido mi carga o que me quiera al cien por cien, no he pedido ayuda porque me da miedo pero ahora voy poco a poco, día a día, semana a semana e intento no mantenerme al margen y hablar si algo me duele.
Han pasado cosas horribles desde que no hablo por aquí, he conocido de primera mano lo que significa sentiré violada, sentirse expuesta y que nadie lo entienda, que hasta aquellos que pensabas que lo entenderían sean tus más duros adversarios, aquello fue una brecha dolorosa y aun a veces noto esa espina en mi corazón que me hace no querer volver a dejar pasar a nadie más allá de un determinado muro... aquello fue muy muy duro, aun lo es.
Pero el motivo que me ha traído aquí es plasmar un recuerdo que había olvidado pero que ha cobrado mucho sentido, cuando mi madre estaba mal o había muerto hacía poco yo cantaba todas las noches en voz alta hasta caerme dormida, sé que mi padre me escuchaba, lo sé porque me dijo que le gustaba que yo cantase y el nunca comparte sus sentimientos... igual el lo necesitaba tanto como yo, igual el lloraba mientras yo cantaba... yo me cantaba a mi o a mi madre o al aire, al universo que en su rodar constante la había desintegrado en pequeños recuerdos... aun la echo de menos... aun le canto a veces.
El año pasado cuanto peor estaba más cantaba a solas, nunca he considerado que cante bien y siempre me ha dado vergüenza, pero aunque nunca lo pensé cantaba por mí, no por cantar, si no por sanar mis heridas, por recuperar el control otra vez...
Algún día solo le cantaré a la felicidad,
Algún día,
Silene purpura
Ella me dijo que a veces simplemente hay que ir día a día y eso es lo que estoy haciendo y por ello estoy mejor a día de hoy, no es que haya solucionado todo, no es que haya reducido mi carga o que me quiera al cien por cien, no he pedido ayuda porque me da miedo pero ahora voy poco a poco, día a día, semana a semana e intento no mantenerme al margen y hablar si algo me duele.
Han pasado cosas horribles desde que no hablo por aquí, he conocido de primera mano lo que significa sentiré violada, sentirse expuesta y que nadie lo entienda, que hasta aquellos que pensabas que lo entenderían sean tus más duros adversarios, aquello fue una brecha dolorosa y aun a veces noto esa espina en mi corazón que me hace no querer volver a dejar pasar a nadie más allá de un determinado muro... aquello fue muy muy duro, aun lo es.
Pero el motivo que me ha traído aquí es plasmar un recuerdo que había olvidado pero que ha cobrado mucho sentido, cuando mi madre estaba mal o había muerto hacía poco yo cantaba todas las noches en voz alta hasta caerme dormida, sé que mi padre me escuchaba, lo sé porque me dijo que le gustaba que yo cantase y el nunca comparte sus sentimientos... igual el lo necesitaba tanto como yo, igual el lloraba mientras yo cantaba... yo me cantaba a mi o a mi madre o al aire, al universo que en su rodar constante la había desintegrado en pequeños recuerdos... aun la echo de menos... aun le canto a veces.
El año pasado cuanto peor estaba más cantaba a solas, nunca he considerado que cante bien y siempre me ha dado vergüenza, pero aunque nunca lo pensé cantaba por mí, no por cantar, si no por sanar mis heridas, por recuperar el control otra vez...
Algún día solo le cantaré a la felicidad,
Algún día,
Silene purpura